Hoy hace un año que salí de casa con la mochila al hombro, comenzando un sueño pensado durante muchos años. Iba con las ideas fijas, con una sonrisa de oreja a oreja y dando todo por sentado. Sabía qué quería hacer y dónde iba a acabar. Pero nada ha sido como yo tenía planeado. Nada. Absolutamente.
No ha sido precioso, ha sido mejor. Mejor de lo que nunca hubiera soñado. Un año donde he aprendido a no planificar y a dejarme llevar. Lleno de gente maravillosa, de momentos mágicos, de experiencias únicas. Donde se me ha puesto la piel de gallina por un paisaje, una palabra, una caricia, una flor y he llorado de risa a cada rato. Donde he vuelto a ver el lado bueno de las cosas y he crecido por dentro, aprendiendo tanto.
Me he sentido y me siento afortunada cada mañana cuando me despierta el amanecer, escucho una canción, recibo un saludo, huelo el aire que me rodea o siento el viento que roza mi cara. Soy feliz. Me siento llena y hacía tanto que no lo sentía así que hoy mis líneas son para agradecer.
Agradecer al mundo y a cada uno de vosotros que se ha cruzado y se cruza en mi camino. Todos y cada uno hacéis que mi vida sea rica e intensa. De todos aprendo siempre algo. Gracias. Gracias por vuestro tiempo, vuestra paciencia conmigo, vuestras sonrisas y vuestros abrazos. Por estar ahí siempre o solo un rato. Por entrar y salir de mi vida. Por quedaros.
Mi año no acaba aquí. Acaba de empezar. Así lo siento y así me gustaría hacéroslo sentir. Ojalá que también el vuestro. Deseo que vuestros días sean felices, cada uno de ellos y que empiecen y acaben con una sonrisa y un pensamiento positivo.
Buen día a todos. Nos seguimos sintiendo. En la cercanía o en la lejanía. Siempre. :)
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