El viernes fue fiesta en Burgos. Fue el Curpillos, también conocido en la ciudad como El Parral. Toda la ciudad se acerca a un parque que no hace muchos años estaba al final de la ciudad (excepto por el campus universitario), las peñas ponen chiringuitos donde asan morcilla, chorizo, panceta y toda suerte de cosas ricas y allí pasamos el día, comiendo y bebiendo hasta aburrirnos.
Los que no sois de Burgos, estaréis pensando, seguramente, que es una genial idea tener una fiesta "campestre" a principios de junio, porque es sinónimo de buen tiempo y eso siempre se agradece. Para los que sois de esta ciudad, o habéis vivido en ella, ya sabéis que el refrán de "hasta el 40 de mayo no te quites el sayo" es de aplicación en Burgos hasta el 40 de agosto (vamos, todo el año), así que puede pasar de todo.
Así que el Parral, es símbolo, unos años, los de poca lluvia, de pelusas de los chopos, y otros, de chaparrón a las tres de la tarde, cuando más gente hay.
Este año, tocó lo segundo, pero bastante antes de las 15 ya estaba jarreando (hasta ha caído granizo), así que decidimos perdernos los pinchos y bajar a comer a un bar del barrio.
Mientras daba la hora, ¿qué hacer? Trasteando de un blog a otro, llegué a este y la pinta de las galletas en las fotos y la sencillez de la receta, me puso manos a la obra.
Aquí la tenéis, en castellano (en el blog original, en inglés y sueco ;)):
Ingredientes (para unas 12 galletas gorditas)
200 gramos de harina
1 pizca de sal
100 gramos de mantequilla fría cortada en cuadraditos
50 ml de agua fría
Mermelada, nocilla o nutella, mantequilla de cacahuete... cualquier cosa que se os ocurra para el relleno.
Un huevo batido con un chorrito de leche (opcional)
Azúcar
Manera de hacerlo
Mezcla en un bol la harina con la piza de sal.
Añade la mantequilla y mézclala pellizcándola, usando las puntas de los dedos, hasta que quede una textura granulada (tipo queso rallado) como la de la foto.
Textura de la mezcla de harina, sal y mantequilla |
Envuélvela en film y métela en la nevera por lo menos dos horas.
Verás que se queda muy dura (por la mantequilla).
Bate el huevo con un poco de leche.
Precalienta el horno a unos 175ºC.
Saca la masa del frigorífico y extiéndela con un rodillo hasta que la masa tenga unos 3 mm de espesor (verás que parece plastilina...).
Córtala en todos los círculos que puedas (si tienes cortadores de formas, también puedes, claro).
Los recortes júntalos para hacer otra bola y mételos un poquito al frígo para que enfríen (se trabaja mejor la masa cuando está fría). Vuelve a extenderlos para seguir cortando círculos.
Sobre un círculo, pon un poco del relleno elegido (yo esta vez, mermelada de fresa, pero porque no tenía nocilla en casa... si no, no falla...) dejando un borde. Pinta el borde con el huevo batido con la leche y pon otro círculo encima. Cierra los bordes presionando con un tenedor.
Pinta la superficie con el huevo y espolvorea azúcar.
Listas para hornear :) |
Pon las galletas en una bandeja sobre papel de horno y mételas en la parte media - baja del horno entre 15 y 25 minutos (hasta que se pongan doradas).
¡Listas para comer!
Si miráis en el link en donde he encontrado la receta, veréis que pone palitos de piruleta de papel (o madera) haciendo galletas-piruleta... una monada. Para regalar me parecen super chulas.
Como véis, la masa no lleva azúcar... creo que es la primera vez que hago unas galletas sin azúcar (excepto por el que he usado para espolvorear por encima...) :) Así que no están super dulces.. pero la masa queda super rica.
Me salieron 14 galletas gorditas :)
¡Qué aproveche!
Vaya, esta entrada no la había visto. Me parecen unas galletas geniales para tener en casa ydegustar a media mañana
ResponderEliminarGracias :) lo mejor es que como la masa no tiene azúcar, realmente se nota más el sabor de lo que tienen dentro... para mi un descubrimiento :)
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