15 de abril de 2014

En ruta

Después de los ocho días tan intensos del Camino, el llegar a casa ha sido duro. Tantos momentos especiales y lecciones aprendidas, que regresar a tus cuatro paredes con ganas de seguir caminando y sin poder hacerlo, ha sido otra buena lección por superar.
Tan cuesta arriba se me ha hecho, que hasta he vuelto a encender la televisión (algo que llevaba muchos meses sin hacer).
He barajado muchas opciones. Desde pintar la casa, hasta hacer una ruta por España de más de 2000 km con mi peugeot, pasando por escribir una novela en tiempo record (como que fuera fácil jaja) o ir de visita relámpago a Alemania. De momento, ayer, mi coche en el taller de Ricardo, preparado para carretera y manta. Y esta noche dormiré en Toledo. Para los que os pilla lejos, este año se conmemora el cuarto centenario de la muerte del pintor, y allá que me voy, a volver a perderme por la ciudad y con suerte ver algo que ya vi hace muchos años para que mi memoria no lo olvide.
¿Después? Ya veré. ¿Hasta cuándo? Sin fecha.
En estos quince primeros días he aprendido que es mejor no hacer planes y que salga el sol por donde quiera, así que hasta ahí os puedo contar. Aunque es cierto que, si no se tuerce, desayunaré viendo la Catedral, pero de Toledo, mañana. Todo un lujo. Y sí, ya sé que eso es hacer planes, pero por si acaso, el desayuno todavía no lo he pagado jajajaja :)
Os voy contando
¡Buen día a todos!

2 comentarios:

  1. Todo es por algo, al menos eso pienso y caminante no hay camino, se hace camino al andar.
    ¡Feliz ruta y sé feliz!

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  2. Eso del año sabatico es una maravilla... Vivelo!! :)

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