10 de abril de 2014

Ocho días: Destino León (y no Santiago)

Sí, estoy de vuelta en casa. Llegué ayer, por la mañana, después de dos horas en tren donde pude durante un rato ver el paisaje tan repetido durante toda la semana a lo largo de las horas desde mi ventana. El tren me alejaba de Santiago.
Y es que no se pueden hacer planes mientras caminas. Es algo que he ido oyendo muchos días, pero que he aprendido a golpes. Tienes que escuchar al cuerpo y es él quien decide. El lunes por la tarde, sin embargo, hablando con mi amiga Bea, planeaba acelerar para intentar llegar a Sarriá en 7 días y así unirme a ella y acabar el Camino juntas. Y es que estaba tan bien. Por primera vez en toda la semana, no me dolía nada, ni una pizca. El resto del grupo se quedaría en León, pero yo seguiría unos kilómetros más hasta Virgen del Camino. Apenas siete, pero así iba adelantando poco a poco.

El martes al calzarme la bota derecha noté un dolor en la parte del talón. "Vaya, se ha deformado la bota", pensé (sí, ahora me parece absurdo). A los 5 kms no podía más. Paré en una farmacia, me dieron una crema antiinflamatoria y seguí caminando a duras penas. Faustino, me acompañó todo el Camino hasta León como un padre y al llegar (eso sí, después de reencontrarnos con casi toda la tropa y tomar un cortito) en el ambulatorio me confirmaron que tenía que parar. "Si no te vuelves hoy, vas a volverte mañana".
Reconozco que lloré como un bebe. De esas lágrimas incontrolables, de las que te das cuenta cuando ya tienes la cara empapada.

Será por algo. Seguro. Aunque todavía no sé muy bien por qué.
El día en León sin embargo fue especial, como todos los demás. Un poco más si cabe. Tapas por el húmedo con Stephanie y Paul (los canadienses), su primera vez de tapeo. Cafetito frente a la catedral con Ade y dos alemanes. Encuentro con Fabrizio contento con alquilar bici a ver si así llega (tiene tendinitis desde Roncesvalles pero está dispuesto a llegar cueste lo que cueste). Charla con Los Quijano en La Lola y buena compañía con Coke e Isabel que ya no se separaron y junto a Faustino y a mi acabamos tomando de nuevo pinchos mientras veían pasar al R. Madrid de ronda.
Es curioso como en ocho días se puede coger tanto cariño a la gente y se pueden hablar tantas cosas y tan tuyas. Es la magia del Camino. Entiendo las 7 veces de Isa y Coke. Estoy deseando que se me pase lo del pie para seguir. Y seguro que antes o después terminaré viendo a esta buena gente que he conocido y de la que tanto he aprendido. Como dice Ade, "El Camino es la META, todos los días se llega a Santiago".
Y como dice Faustino, "El Camino no es caminar, es la gente que camina y los momentos especiales compartidos".
Os animo a todos a que cojáis la mochila y echéis a andar. Solo por aprender lo poco que necesitas para ser feliz, merece la pena.
Gracias a todos por leerme, por preguntar, por animar.










¡Buen Camino!

4 comentarios:

  1. CARMEN, CUANTO SIENTO TU NANA, SE LO QUE ES ANDAR CON DOLOR, CUANDO LA VISITAMOS A LUPE EN ALEMANIA Y VIAJAMOS JUNTO CON ELLOS A FRANCIA, LLEVE MI RODILLA A CUESTAS CON LA PACIENCIA DE TODOS QUE ME AYUDABAN EN LAS CAMINATAS CON DESCANSOS OPORTUNOS. AL REGRESAR A ARGENTINA, CIRUGIA Y REEMPLAZO TOTAL DE RODILLA, RECUPERACION LENTA Y DOLOROSA, PERO POR FIN SUPER BIEN. PERO BUENO, LO MIO FUE SOLO POR UNOS DIAS Y DE POCA MONTA EN KMS... LO TUYO ES PALABRA MAYOR.... CUIDATE, NO TE APENES, POR ALGO DIOS ACOMODO LAS COSAS ASI.... ALGO TIENE PARA VOS. TODO MI CARIÑO. ANGIE

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  2. Yo tambien llore en astorga cuando me tuve que ir. Te entiendo perfectamente. Al año siguiente lo retomé, como seguro harás tu. ;)

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  3. Me has puesto los pelos de punta!!! Que bonito tu relato y que Suerte que hayas Vivido esos Momentos...El Camino sigue ahí esperandote!!! (Cualquier día). Ánimo Campeona!!
    Un besote

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  4. Bueno,hasta de las desgracias se sacan enseñanzasositivas..Cuidate reina :)

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