Cada vez aprecio más las cosas hechas con las manos. Sobre todo, por el tiempo invertido detrás de cada pieza. Y porque son únicas e irrepetibles. Siempre diferentes.
Así que en la feria de artensanía, no pude remediarlo.
Este es mi nuevo tiesto para mi viejo minicactus... :)
Los artesanos, del taller Cuñaí, en Asturias.
http://www.lne.es/vida-buena/2010/10/16/illas-duende/981226.html
¡Que chulo! No tiene desperdicio la bota, parece sacada de un cuento de Mark Twain...
ResponderEliminarla verdad es que hay gente que es muy muy artista... :)
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