16 de octubre
Hace más de dos años que no me la colgaba. Sí, he viajado después, pero en contra de mis costumbres, con maletón a cuestas. La última vez, no estaba en mi mejor momento y lo recuerdo como algo muy muy lejano. Tanto, que cuando me la he puesto esta mañana, me ha costado un rato volver a hacerme a ella y realmente sentirla parte de mi.
Llevo un rato en el aeropuerto, ya sin ella, pensando en la primera vez que me la puse y todo lo que hemos recorrido juntas. Antes de ayer, la tuve que hacer dos remiendos, y ante la idea de comprar una nueva, mi corazón se resiste, por la sensación de abandonar a un compañero de viaje que, a veces lleno a reventar, a veces casi vacío, siempre ha hecho su función.
Por fin empiezo a sentir de nuevo que estoy de vacaciones, a punto de empezar una aventura. Y a pesar de ir sola, no me siento así. Sé que probablemente mi mochila me esté esperando en el destino, dispuesta a patear lo que haga falta y cargar con lo que se presente.
Y seguro que, al menos, volverá cargada de recuerdos y caras nuevas para no olvidar.
Mi querida Carmen, que bonito homenaje a la herramienta fundamental de un mochilero/a o aventurero/a que se precie, la mochila. Otros dia hablo yo de otros elementos fundamentales de una mochila de mochiilero, cazo, pacharan, lonley planet, etc..... A mí tambien se me estan olvidando esas sensaciones................
ResponderEliminarNo te creas que no te tuve presente. Saliste a relucir muchas veces, hasta tu botella de Pacharán, ¡por supuesto!
EliminarQuizá la de colgarse la mochila sí, pero estás teniendo otras que no tienen precio :) Y ya tocará el día que te la vuelvas a colgar y me tengas a mi pegada a ella, tu cazo y tu botella! :):):)