Después de comer fuera y entrarte un sopor enorme, corres a casa, soñando con tu sofá reclinable y una siesta, de esas de pijama y orinal.
Pasas por la iglesia del barrio en el coche y ves un grupo de gente, muy elegante, con un acordeonista incluído. "Mira, una boda rumana". "Pues sí parece".
Aparcas y cuando subes a casa, descubres que la boda rumana es la de tus vecinos, justo debajo y que el ágape es, acordeón incluído, debajo de tu salón.
Sólo ha sido un rato, antes de irse al restaurante a comer, suponemos, pero nos ha entrado la risa tonta mientras el sueño se ha esfumado...
Me imagine toda la secuencia y os imagine a vosotros dos riendo, por un instante me traslade a Burgos nuevamente. Gracias!
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