La llegada a Bangkok, adem'as de ser un buen azote de calor para tu cuerpo, es ca'otica. Quiz'a porque vengo del pa'is m'as tranquilo que he visto nunca, entrar en la ciudad, despu'es de un tren que podr'ia ser el de cualquier ciudad europea, montada en un tuk tuk, despu'es de haber regateado el precio, por supuesto, y pillarse un atasco monumental porque es fiesta, no tiene precio.
Hay mucha contaminacion, pero solamente por la cantidad de mercados que tiene y la posibilidad de moverte en barco por la ciudad, creo que merece la pena.
Ya os ir'e contando.
Arranca el d'ia. A ver c'omo acaba.
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